Tuesday, July 12, 2011

…y la historia sigue…


Además, como que vivo en Chile, olvidé que el enero no es la estación para ir a la playa.  Asi que, de repente, yo estaba en Oslo durante el medio del invierno y mi guía turística, osea mi Biblia azul sin lo cual no puedo movearme sin miedo, era por un otro país.  Realmente, yo era perdida, pero como que no quería admitir que era equivocada, no pedí ayuda de nadie.  Antes que nada, fui al baño donde me puse dos trajes de baño y usé mi toalla como una chaqueta.  Salí del aeropuerto sin saber donde iba a ir.  Conseguí un taxi y dije al conductor, “Tomáme al centro de la cuidad!” (usé el poco de Inglés que recordaba de colegio, y gracias a dios la mayoría de la gente en Europa tiene la capacidad de hablar al menos un poco de Inglés).  Me dejó en la plaza de armas de Oslo, donde había una feria de abrigos al lado de una conferencía de empresas que fabrican gorras.  Luego, empezó de nevar y elejí de juntarme con la desfile de los muñecos de nieve que habría crecido de la terra (o que habría caído del cielo, no estoy segura).  En vez de ser la duquesa de los castillos de arena, volví el comodín de los muñecos de nieve, y aún estoy bailando en las calles blancas con ellos.

Thursday, July 7, 2011

Corazones solitarios

Caballero joven, 58 años, busca a una mariposa brillante para compartir las noches estrelladas.  Gustos incluyen la comida Mexicana, la musica clásica de Java, el cine mundial de 1981, y paseos en la playa.  Prefiero a las chicas entre 20 y 21 años que son muy abiertas, que tienen amigas muy abiertas, y que tienen buen relaciones con sus padres.

Tuesday, July 5, 2011

Milliken, Middlebury


Estar en Milliken es como estar inmóvil dentro una serpiente que siempre está moveandose.  Cada vez que intento ir a una nueva sala, como el Ross 3, o el cuarto de un amigo estoy confrontada con un labertino que no me permisa pasar.  Es un poco como la lengua española o la tecnología (¿como puede ser que haya tres mandos a distancias por una sola television?  ¿Además, como podemos mandar nuestros deseos solamente por tocar algo plastico?). 

Bueno.  El edificio tiene la energía de todos que han vivido en sus cuartos:  los buen alumnos de Middlebury que venieron de muchas partes diferentes—ellos que venieron de Manhattan, Boston, California, varios país, y las afueras o los barrios residenciales periféricos (lo que es bien afuera de todo).

En cambio de las ciudades en general, aquí en Middlebury la naturaleza (osea, lo que es el mundo pero lo que es menos concreto en Middlebury que en las ciudades) entra Milliken en algunas formas.  En vez de los sonidos de los autos, el viento y los reclamos de las párajitas entran por la ventana, y los insectos tan pequeños y de colores brilliantes andan por las paginas de mi libro mientras que estudio el castellano.

Hecho de piedra y madera, llena de recuerdos y fragmentos de musica ahora silenciosa, así es Milliken.

la fiesta el viernes


Yo era muy feliz ir a la fiesta este Viernes pasado para compartir con mis compañeros de la escuela española.  El grupo que tocó era muy bueno y como que he estado viviendo en la India fue mi primiera vez en casí seite meses que tuve la oportunidad de bailar.  Por eso, me encantó la noche.  Durante la fiesta bailé con unos amigos y también conocí a gente nueva.  Un tipo que conocí era de la escuela italiana.  Empezó de hablar conmigo y dijo--el Italiano y el Español son muy parecidos-- pero todo lo que dijo después de eso era incomprensible y lo dejé para estar con los alumnos de la escuela española.

Antes de la fiesta habría ido a correr en el campo al rededor de Middlebury y vi una llama (y algunas ovejas).  El domingo fui en coche con mi tía a conocer el lago Champlain.

la abeja maya y yo


¡Que triste que uno tiene que hacer miel para ser dulce!

Al lado de los flores, abajo del ciel, los pensamientos se mueren.  Así que juego con mi amigo señor José Miel.  Andamos por los Andes y buscamos adventuras en el bosque.  Prefiero no creer en la necesidad de ser trajabadora.  Pero hay que comer.

una semana durante el verano


Mi primera semana a Middlebury era muy entretenida.  Conocí a mucha gente nueva y me alegre mucho que ya compartiéramos mucho.  Mi compañera de cuarto, la Caitlin, me cae muy bien.  Somos distinctas pero somos de contextos similares y siempre lo pasamos bien.  Lo que es la más impresionante de mi tiempo aquí hasta ahora es la bienvenida de la escuela española.  Los profesores y la facultad son tan acogadores y creativos con una energía que me motiva mucho.

El verano aquí en Vermont es igualmente muy lindo y he pasado algunas horas caminando por el campo, pensando pensamientos pequeños en español y mirando al cielo que siempre se queda hermoso.